jueves, 17 de noviembre de 2011

¿Educador de Calle?

La calle, como espacio de libertad, de protesta, como hogar de indigentes, de pandillas de amigos y coleguismo, de aventuras y riesgo, de encuentro,de información y de espacio educativo si se sabe aprovechar, tiene un significado muy especial para los Educadores que han hecho de ella un campo de trabajo hasta hoy mal aprovechado para intenciones educativas. El educador toma la calle y sirve de punto de referencia a jóvenes con dificultades, no sólo de integración, sino también de relación y amistad, de ocio y consumo, de estudios y trabajo. Pero el Educador no deja de ser una persona normal  y corriente, aunque comprometida con la realidad que le rodea.


Es posible que la figura del Educador de Calle no sea conocida suficientemente.  Existen todavía muchas personas que no saben lo que hay detrás de este término "... de calle", que no tienen una idea muy precisa de su significado.
Afortunadamente hoy existe un mayor conocimiento de la importancia que tiene el trabajo socio educativo de los profesionales que trabajan con colectivos en situaciones de marginación. El Educador, estableciendo relaciones con los individuos, es capaz de que un grupo se promocione culturalmente, iniciándose así un proceso de reflexión en el propio grupo que les llevará a unas relaciones interpersonales basadas en la amistad y en la posibilidad de un cambio solidario o en la forma de actuar para que las situaciones injustas o carenciales tengan una respuesta desde la comunidad o el asociacionismo. El rol del Educador será, pues, generar procesos de participación cultural, esto es, toma de conciencia, relaciones humanas y resolución de problemas. El Educador se convierte de esta manera en un militante de cambio social, a través de la dinamización de personas, grupos y colectivos.

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